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ANILA.- Un poderoso terremoto de 6,3 grados de magnitud azotó Filipinas y provocó hasta el momento ocho muertos. El sismo sacudió edificios en Manila e incluso quebró la pileta del lujoso complejo de departamentos, el Anchor Skysuites.

En un video que se volvió viral se ve cómo el agua de la pileta que estaba en la parte de arriba del edificio cae por los costados como una cascada. En las calles de abajo, se puede ver a docenas de personas huyendo de la escena.

El sismo se produjo a las 17.11 locales, en la parte oeste de la isla septentrional de Luzon, unos 60 kilómetros al noroeste de la capital. Causó la muerte de al menos ocho personas en algunos suburbios del norte de la ciudad. El número de víctimas sin embargo aún es provisorio, ya que los socorristas dicen que podría haber varias personas sepultadas bajo los escombros.

Filipinas es uno de los países del mundo más propensos a los desastres naturales. Sufre frecuentes sismos y erupciones volcánicas debido a que está ubicada cerca del llamado “Anillo de Fuego” en el Océano Pacífico, un arco de gran actividad sísmica y volcánica. En 1990, un sismo de magnitud 7,7 mató a casi 2000 personas en el norte de Filipinas.

Al menos tres cuerpos fueron sacados de los escombros tras el derrumbe parcial de un centro comercial en la localidad de Porac, mientras en el suburbio de Lubao se cayó un edificio, según informó Lilia Pineda, gobernadora de la provincia de Pampanga.

“Creemos que hay varias personas atrapadas en el edificio de cuatro pisos”, “varias decenas”, dijo refiriéndose al centro comercial. “Los socorristas nos dicen que se oye gritar a gente que implora ser salvada”, agregó.

Ya de noche, los auxilios siguen a la luz de los reflectores, pero en el lugar -informó la gobernadora provincial- el trabajo es difícil porque no hay corriente eléctrica y se busca un generador.

El poderoso sismo creó deslaves, dañó una iglesia barroca del siglo XVIII en Lubao, bloqueó los ferrocarriles de la isla de Luzon y el aeropuerto Clark, a las puertas de Manila.

Mark, un obrero de 23 años, contó : “Estaba sentado cuando comenzó a moverse todo tan fuerte que me parecía estar en una cuna”. Otros testigos contaron de un movimiento “como de olas”.

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