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Madrid.- Real Madrid llevado de la mano del portugués Cristiano Ronaldo le dio vuelta al marcador y venció al París Saint Germain (PSG) por 3 goles a 1 en cotejo de ida por los octavos de final de la UEFA Champions League.

PSG pegó primero porque nadie se preocupó por Rabiot. Nacho, demasiado lejos y con las manos llenas cuidando la banda. Varane y Casemiro, con un ojo y el otro en Cavani, mientras de la nada, Neymar iniciaba de tacón la jugada que acabaría por

Mbappè puso el centro al corazón del área y el resto fue pan comido para Adrien Rabiot, que libre de marca llegó desde atrás para rematar a placer y poner el 0-1.

Enmudeció hasta la porra oficial. Su temor más grande se acababa de materializar.

A la defensa del Real Madrid se le empezaron a notar las costuras mucho antes. En cuanto Neymar dejó de resbalarse en el terreno de juego y decidió posponer su rencilla particular con Nacho. Que el brasileño viera la amarilla en el enésimo intercambio de patadas con el defensa merengue resultó peor para los locales pues no le quedó otra que ponerse a trabajar en ataque.

Cada que el balón llegaba a los pies del ’10’ del PSG, el Santiago Bernabéu temblaba. Hace falta muy poco para marcarle un gol al Real Madrid; casi basta con ganarle la espalda a la defensa y un poco de talento goleador. El problema es que el PSG de eso tiene demasiado.

Zidane había tomado la arriesgada decisión de sentar a uno de los intocables, Gareth Bale, precisamente para fortalecer la recuperación en la media con Toni Kroos apoyando a Casemiro, mientras Isco se encargaba de poner equilibrio entre defensa y ataque.

Pero solo retrasó lo inevitable. Isco cortaba todo, filtraba un pase tras otro, pero los huecos atrás que han dado vida a cuanto rival se ha presentado en el Bernabéu desde diciembre, eran un océano para el PSG.

Al desconcierto merengue siguió la cautela. Ya no intentaban abrirse paso como diera lugar y de los cuatro de atrás, solo Marcelo se atrevía a sumarse de lleno al ataque. Pero nada funcionaba. Cristiano Ronaldo intentaba, en vano, llegar a los balones filtrados, cuando no mandaba el balón demasiado elevado o equivocaba la decisión rematando en la cara de Areola.

No hubo una ocasión clara para el Madrid en casi 15 minutos, hasta que Karim Benzema lo intentó con un remate lejano al 44 forzando al arquero francés a mandar el balón fuera con la punta de los dedos. Del tiro de esquina resultante nació la oportunidad, por demás fortuita, para que el Madrid empatara, cuando el árbitro castigó un derribo de Le Celso a Toni Kroos con un tiro penal.

Cristiano Ronaldo devolvió algo de tranquilidad con el 1-1.

Madrid se mantuvo tenso y, por una vez, alerta atrás. Hizo que el partido se jugara en poco espacio y se replegó lo más que pudo en cada salida del rival desde la puerta. A cambio, el cansancio empezó a pesar apenas se había cumplido una hora.

Aun así, Zidane aguantó lo que pudo para enviar a la cancha las armas que se estaba guardando. Gareth Bale, que entró con 20 por jugarse, Lucas Vázquez y Marco Asensio, que volvió a ser la pieza clave para Zidane.

Apenas entró, el ’20’ puso un apuradísimo pase a Cristiano Ronaldo. El ‘7’ celebró por todo lo alto su segundo tanto de la noche mientras en la grada merengue todo era una fiesta. Con menos de 5 minutos por jugarse el Madrid le había dado la vuelta al marcador. El PSG, fundido, revivía su peor pesadilla.

Con el equipo ya encarrilado, Marcelo puso el 3-1 y sentenció la ventaja para el Madrid rumbo a la vuelta en París.

El PSG no pudo ni quiso volver a dar señales de vida. Un año después del Camp Nou, volvía a salir como el gran perdedor psicológico.

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