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Naciones Unidas reiteró hoy la necesidad de reducir la cantidad de alimentos que son desechados, estimada en 1.300 millones de toneladas cada año, equivalente a la producción alimentaria de África subsahariana.

Y ese derroche tiene lugar pese a que una de cada siete personas del mundo sufre hambre y más de 20.000 niños menores de cinco años de edad mueren por esa causa.

Los datos fueron difundidos por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio).

Según la fuente, alrededor de la tercera parte de la producción mundial de alimentos se pierde o es desechada, lo cual también tiene un fuerte impacto negativo sobre el entorno natural.

Al respecto, explicó que para conseguir un litro de leche o una hamburguesa se requieren 1.016.000 litros de agua, respectivamente, además de las emisiones de gas causadas durante el proceso.

La producción alimentaria ocupa un 25 por ciento de la superficie habitable del planeta, el 70 del consumo de agua, el 80 de la deforestación y un 30 de los gases emitidos, y de ahí su impacto sobre la pérdida de biodiversidad y los cambios en el uso del suelo.

Sin embargo, en Estados Unidos se desechan cada año un 30 por ciento de todos los alimentos producidos, con un valor de 48.300 millones de dólares, y la mitad del agua empleada en esa producción también es desperdiciada.

Al mismo tiempo, en el Reino Unido la cifra asciende a casi siete millones de toneladas de productos al año, un tercio de los 22 millones de toneladas adquiridos.

Frente a esa situación, la FAO llamó a priorizar el consumo de alimentos con menor impacto sobre el medio ambiente, entre ellos la comida orgánica, cuya producción demanda un insignificante uso de sustancias químicas.

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